De este principio se exceptuarán procesos singulares, como la EBAU o las pruebas de acceso a las enseñanzas de Formación Profesional.
Las indicaciones ministeriales recomiendan que las actividades lectivas de abril, mayo y junio se centren en los aprendizajes y competencias imprescindibles que deberían desarrollar los estudiantes en función de su etapa, curso, área o materia, y que se trabajarán mediante actividades preferentemente interdisciplinares de recuperación, repaso, refuerzo y, solo excepcionalmente, ampliación de contenidos.
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