Una mascarilla higiénica común, perdida, caída, TIRADA en un entorno natural, puede tardar en degradarse entre 300 y 400 años. Y, mientras desaparece, puede afectar de múltiples formas a la flora y fauna del entorno, al agua y a los suelos que conforman ese espacio; o incluso acabar en el mar, uniéndose a los más de ocho millones de toneladas de residuos plásticos que se vierten anualmente a los océanos.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y el Ministerio de Consumo han puesto en marcha una campaña de concienciación ciudadana para sensibilizar sobre los graves efectos del abandono de residuos higiénico-sanitarios en los entornos naturales.